El mundo se ve muy diferente en mayo de 2020 de lo que se veía en mayo de 2019. Debido a la pandemia de COVID-19 en curso, el mundo se ha desacelerado y nosotros también. Con los aviones en tierra y las iniciativas masivas de trabajo desde casa, las emisiones de carbono han disminuido por primera vez en años y la Tierra puede estar beneficiándose. Este es el "lado positivo" de la pandemia, pero ¿qué sucede cuando volvamos a algún tipo de normalidad? ¿Cómo seguimos protegiendo el planeta cuando volvamos a los patrones normales de consumo y viajes? Antes de que ocurriera la pandemia, las empresas, tanto dentro como fuera de la industria de servicios financieros, ya buscaban formas de ayudar a sus clientes a ser más conscientes de sus impactos individuales en el cambio climático. Si bien es casi imposible que la persona promedio se vuelva neutral en carbono, han surgido iniciativas en los últimos años para ayudar a los clientes a rastrear, reducir y compensar su huella de carbono.
¿Qué significa huella de carbono?
La huella de carbono de una persona es la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono (CO2), que se liberan a la atmósfera como resultado de su actividad. Se calcula sumando todas las emisiones de cada etapa del ciclo de vida o vida útil de un producto (producción, transporte, fase de uso y eliminación al final de la vida útil), durante las cuales se emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera que aceleran el cambio climático.
Algunas de las principales fuentes de emisiones de carbono incluyen:
- Alimentos: los alimentos representan entre el 10 y el 301 % de la huella de carbono de un hogar.
- Moda: por los recursos necesarios para su producción y los residuos que genera.
- Electricidad residencial
- Transporte personal: automóvil, viajes en avión, transporte ferroviario.
¿Cómo puedes rastrear y compensar tu huella de carbono?
Con tantas fuentes de emisiones de carbono, calcular la huella de carbono puede ser un proceso complejo. ¿Cómo podemos hacer un seguimiento de cada actividad y asignar el peso correcto del CO2?
En Moneythor, utilizamos datos de transacciones para estimar la huella de carbono de un cliente. Nuestro motor analiza y clasifica las transacciones y luego asigna un peso estimado de CO2 para cada categoría (por ejemplo, viajes en avión, electricidad, ropa) o para comerciantes o facturadores específicos. El peso de CO2, que se mide en kilogramos, se asigna en tiempo real y se basa en la cantidad promedio de emisiones creadas durante la producción y/o el transporte de un bien o servicio. Estos promedios y los factores de emisión relacionados generalmente son determinados por agencias ambientales locales especializadas con las que nuestros clientes trabajan para desarrollar una herramienta integral de seguimiento de carbono. Se podría decir que este enfoque basado en transacciones no es perfecto, ya que generalmente no tiene acceso a todos los detalles de las transacciones. Por ejemplo, una sola compra en un minorista o una tienda de comercio electrónico considerada como una sola transacción puede incluir dos productos con impactos de CO2 muy diferentes. Sin embargo, generalmente brinda una estimación bastante precisa, en particular cuando se analizan las tendencias.
Los resultados de este seguimiento pueden ser una simple superposición en kg de CO2 equivalentes a transacciones individuales que se muestran dentro del historial de transacciones de la aplicación de banca móvil o se pueden utilizar para crear mensajes personalizados basados en activadores. Algunos ejemplos de este tipo de notificaciones e información disponibles en la solución Moneythor incluyen la detección y alerta a un cliente sobre un aumento o disminución de las emisiones de carbono en función de sus gastos recientes, la creación de rastreadores de la huella de carbono que son similares a un rastreador de presupuesto tradicional pero que se basan en las emisiones de CO2 en lugar de en los montos de gasto, y la provisión de incentivos a los clientes a través de programas de recompensas y puntos que los clientes reciben cuando se ha detectado una reducción en el consumo de carbono.
En realidad, una vez que se han realizado los seguimientos de las emisiones de carbono y se les ha asignado un peso estimado, las posibilidades de contenido y de información que se generan dentro de los canales financieros de un banco son infinitas. Diversos programas de compensación de carbono, herramientas de evaluación comparativa entre pares y de gamificación son algunas de las formas en que podemos aplicar estos conocimientos y ayudar a los clientes a gestionar y reducir su huella de carbono.
Cuando termine esta pandemia y el mundo empiece a parecerse más a lo que era antes, sin duda veremos un resurgimiento de las emisiones de carbono. Al ofrecer a los clientes herramientas e iniciativas que los ayuden a reducir su huella de carbono, podemos ayudar al medioambiente cuando surja la nueva normalidad.
